Villa El Salvador es una experiencia de transformación de un desierto (arenal) en una ciudad popular y prospera, gracias al esfuerzo y la creatividad de sus pobladores y dirigentes. Surgió en 1971, por iniciativa de personas que necesitaban un lugar donde vivir. A través de acciones de planificación participativa y trabajo voluntario, lograron servicios básicos, escuelas, centros de salud, mercados de abastos, unidades económicas comunitarias y un parque industrial. Se dotaron de una organización democrática y autogestionada, un plan de desarrollo integral, iniciativas económicas solidarias, reconocimiento al papel de las mujeres y jóvenes en el desarrollo, ademas de crear Comisiones Mixtas (integradas por dirigentes vecinales y funcionarios públicos) para cogobernar. Todo ello expresa una experiencia emblemática en autogobierno, dinamización de los canales económicos, identidad cultural, respeto a los derechos humanos y ambientales, y desarrollo de la solidaridad a todos los niveles.

La política de economía social en Seúl ha pasado de un apoyo directo a un apoyo indirecto al establecer estructuras participativas de gobierno y crear ecosistemas/infraestructuras de economía social en los que el sector público, el sector privado y la comunidad pueden comprometerse no solo con las formulaciones de la política pública de economía social (a través de diversos comités y consejos), sino también con su implementación (a través de organizaciones intermediarias).

La división de economía social del Gobierno Metropolitano de Seúl (GMS), mediante la cooperación multilateral, ha guiado los estrategias de fomento a la economía social de Seúl y sus esfuerzos generaron resultados tangibles en los últimos años.

Mediante las sólidas iniciativas sobre políticas, la asistencia del GMS y la estrecha colaboración con los 25 distritos autónomos de Seúl, las comunidades locales pueden identificar sus problemas sociales urgentes y participar en decidir la orientación del proceso de elaboración de políticas de economía social de Seúl y su implementación.

Por su decreto municipal del 9 de enero de 2014, La Marsa ha puesto en marcha el mecanismo de presupuesto participativo (PP) con la apertura de la sección «alumbrado público» por decisión ciudadana. Así, en la primera sesión que se ha celebrado en el primer semestre de 2014, los ciudadanos de las cinco áreas de La Marsa (cuatro barrios + Bhar Lazrag), reunidos en sesiones públicas y plenarias han asignado la suma de DT 550.000 a los proyectos de alumbrado público. En la segunda sesión iniciada el 7 de febrero de 2015, también por una reunión pública en la municipalidad, que le dio continuidad a la sección «alumbrado público», el municipio ha ofrecido la opción a sus residentes de una segunda sección, para la participación ciudadana en el presupuesto municipal. Han optado por la vialidad (con un presupuesto anual de DT 550.000) dentro de las seis nuevas propuestas de asignaciones: Espacios verdes – Vialidad – Veredas y pavimento – Establecimientos deportivos – Embellecimiento de la ciudad – Drenaje de aguas pluviales.

Un ejemplo convincente de la importancia de la gobernanza en las comunidades locales es el de los servicios públicos brindado a los ciudadanos en función de los cambios con el fin de satisfacer las necesidades emergentes. La solidaridad y los esfuerzos de desarrollo innovadores impulsados por los gobiernos para escuchar las necesidades de los actores de la sociedad civil y del sector privado permiten mejorar la economía social incluso en un entorno afectado por un conflicto. El ejemplo del corredor económico al norte de Malí —implementado mediante la contribución de la Federación Canadiense de Municipios y la Asociación de Municipios de Mali y Burkina Faso— es una iniciativa de integración económica y social que ha contribuido a la toma de decisiones participativas de cara a los difíciles desafíos en una región sacudida por un conflicto social y una economía fragmentada. Por lo tanto, el corredor económico ha promovido, entre otras cosas, la cohesión territorial, el diálogo político, la participación popular y la creación de mejores colaboraciones con la sociedad civil y el sector privado.

En un país en el que solo el 20 por ciento de los jóvenes vota y donde una mayor proporción de la poblacion se siente excluida o marginada del proceso político, ¿cómo podemos involucrar a los residentes en nuevos procesos y brindar a sectores de la población históricamente desposeídos la oportunidad de apropiarse de las comunidades en las que viven y trabajan? La presidenta del Consejo Municipal de la Ciudad de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, abordará la mayor iniciativa de presupuesto participativo de los Estados Unidos, que ha ayudado a los neoyorquinos (particularmente a las comunidades de bajos ingresos, a los jóvenes y a los inmigrantes indocumentados) a votar respecto de cómo distribuir la inversión de 30 millones de dolares en sus barrios, y cómo este modelo de gobernanza participativa se extiende para incluir sectores tales como el uso del territorio y la urbanización.

París ha incluido en su programa de mandato la co construcción de políticas públicas con los ciudadanos y diferentes agentes del territorio. El presupuesto participativo representa hasta un 5 % del presupuesto de inversión, lo que ha permitido especialmente el despliegue de los proyectos de barrio, de ‘vegetalización’ y de rehabilitación de espacios y centros culturales y deportivos. Con la web «Madame la Maire j’ai une idée» (Alcaldesa tengo una idea), cada ciudadano puede proponer un proyecto al gobierno de París. La «Nuit des débats» (Noche de debates) también permite crear lazos y hacer surgir numerosas iniciativas ciudadanas. La gobernanza participativa alimenta a las diferentes políticas de la ciudad. Por una economía circular, con los Estados generales de la economía circular del Gran París, que han reunido a 200 agentes del territorio. Por el medioambiente, con la trayectoria cero residuos o el plan climático. Por la innovación y el urbanismo, con las licitaciones de proyectos Réinventer Paris y pronto Réinventer la Seine, que abren la política de ordenación urbana a equipos de arquitectos, emprendedores sociales…

Metropolis, asociación mundial de las grandes metrópolis, es la mayor red que reúne los gobiernos de grandes ciudades de todo el mundo. Como parte del movimiento global que promueve autogobiernos locales democráticos, Metropolis reconoce que los gobiernos locales son los actores clave para dar respuesta a los desafíos urbanos de este siglo.

Creado en 1985, Metropolis representa actualmente a las autoridades de 137 grandes ciudades y zonas metropolitanas situadas en África, América y el Caribe, Asia y el Pacífico, y Europa. Metropolis también gestiona la sección metropolitana de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU, por sus siglas en francés).

Metropolis desea crear una red de iniciativas entre los gobiernos metropolitanos y sus colaboradores para fomentar proyectos de colaboración para la sostenibilidad urbana, entendida de forma simultánea en sus aspectos ambiental, económico, social y cultural.