La implementación de circuitos económicos locales o circuitos cortos asegura, entre otros, la soberanía y seguridad alimentaria de las áreas urbanas y contribuye a su desarrollo sostenible al anclar las actividades económicas a su territorio. Además, favorece la valorización de los productos y recursos locales, reduce los costos de transporte y su impacto ambiental, y fortalece los vínculos y la implicación de productores y consumidores. En este sentido, se presentan varias opciones de colaboración entre los gobiernos locales y la ESS para el desarrollo de prácticas que facilitan estos circuitos cortos: entre otras, las medidas que facilitan los productos y servicios locales, por ejemplo a través de la agricultura urbana, o las iniciativas de sensibilización ciudadana sobre el impacto del consumo.