La economía informal comprende actividades económicas que pueden implicar a gran parte de la comunidad de un territorio dado, y prestar servicios básicos, como la gestión de residuos, la reutilización o el uso compartido de objetos, o los servicios de cuidados a domicilio. Siempre teniendo en consideración la diversidad y complejidad de la economía informal, la ESS a menudo desempeña un papel clave en el reconocimiento oficial de estas actividades. Esto tiene un impacto positivo a diferentes niveles: permite a los municipios servir mejor a sus poblaciones objetivo y aumentar sus ingresos en forma de impuestos, al tiempo que garantiza la estabilidad económica de las personas que trabajaban en la economía informal. En ciertos contextos, salir de la economía informal también significa asegurar un trabajo decente a las comunidades implicadas, entre otras los inmigrantes, y favorecer su inclusión social.