El acceso a la información, ya sea a través de datos abiertos, software libre, plataformas de intercambio o nuevas tecnologías, permite el desarrollo de innovaciones sociales y económicas que hacen que una ciudad sea verdaderamente inteligente, en la medida en que sirve a sus ciudadanos y les permite una participación en la toma de decisiones. Los gobiernos locales deberían ser por ello los primeros interesados en apoyar las tecnologías y prácticas que faciliten el acceso, la propiedad y el desarrollo de la información por y para la comunidad, así como de tecnologías que contribuyan a una ciudad más habitable y democrática para todos sus habitantes.